El temita de las bajantes era el único punto del día en la reunión de
propietarios. El nuevo administrador había conseguido convencer a los
vecinos de la necesidad de realizar la obra sin más dilación, a pesar de
la elevada derrama que tuvieron que pagar. El presupuesto estaba ya
cerrado y sólo quedaba formalizarlo en junta. Casi noventa mil euros.
Tres horas después de la primera convocatoria los vecinos seguían
esperando al administrador. Su número de móvil ya no estaba disponible.
El dinero en la cuenta bancaria tampoco.
[Enviado a Relatos en Cadena de la Cadena Ser]